Desde la fundación de los Estados-nación, el pueblo mapuche ha sufrido diversas formas de reducción político-cultural. Las llamadas ´Pacificación de la Araucanía´ (1861-1883) y ´Campaña del Desierto´(1878-1885) fueron medidas de expropiación y sometimiento indígena para la expansión nacional de Chile y Argentina. El resultado directo de esta conquista neocolonial fue el genocidio mapuche y la subyugación y esclavización de los sobrevivientes. Otra consecuencia, ya más indirecta y a largo plazo, fue la invisibilización del pueblo originario de Wallmapu, su estigmatización y humillación tanto físico-material como cultural-simbólica, provocando la negación de su representación político-cultural y la vergüenza racial que durante mucho tiempo ha marcado a este pueblo. Desde finales del siglo XX, sin embargo, se observa un renacimiento cultural y político del pueblo mapuche que está en íntima relación con el auge de movimientos indígenas en torno a 1992. Desde diversas organizaciones y comunidades mapuche se empieza a luchar por la visibilización de las primeras naciones, por la restitución de tierras y por la devolución de restos humanos que siguen exponiéndose en museos estatales. Estas luchas políticas son acompañadas por un gran auge cultural en el que, desde la literatura, el canto y las artes plásticas, fotográficas y audiovisuales, se inicia y fortifica un proceso de rearticulación identitaria que por las diversas representaciones de la cultura mapuche que ofrece, ayuda a visibilizar y a la vez a (re)constituir la identidad cultural mapuche.
En este sentido que el presente libro explora algunas de las múltiples representaciones en las que la identidad cultural mapuche es realizada, recuperada y (re)inventada actualmente.